PP, PARTIDO POLARIZADO -JULIO IGLESIAS (ALCALDE DE ARES)
05 Decembro 2012 10:25
El lunes tomaba posesión el “nuevo” Ejecutivo gallego, un gobierno con un solo cambio (en Industria) y por ello, a pesar de una pérdida no traducida en escaños de más de 130.000 votos, continuista de una política autonómica servil con la del gobierno de Rajoy, el líder más nefasto por extremo de toda la historia del PP. Y eso que parecía imposible que pudiera aparecer alguien que nos hiciera echar de menos los exabruptos de Fraga. Pero, por obra de la Ley de Murphy y de un dedazo de Aznar, apareció.
Mas Rajoy, siendo la máxima, no es la única cara extrema del PP. A su lado, personajes como Wert, Cospedal, Aguirre, Fabra e incluso el ahora “verso no tan suelto” de Gallardón excluyen de raíz que el PP pueda seguir apelando al centro político del que hasta hace poco hacía gala.
Ni la AP de los primeros herederos del franquismo con Fraga a la cabeza se atrevió a ir tan lejos en los desplantes, desprecios, burlas y mentiras a las clases trabajadoras, funcionarios, parados, dependientes, pacientes, pensionistas, mujeres y jóvenes de nuestro país. Con el “que se jodan” y el “emigran por espíritu de aventura”, que “cachorrillos” de esa derecha extrema les dedicaron a nuestros parados y jóvenes, la moderación descarriló en el PP.
Ni con Aznar vimos una derecha extrema tan desalmadamente dura. Muy lejos les queda ya aquella apelación al centro político, al liberalismo humanista o a la democracia cristiana a la que no pocos dirigentes del PP acudían un día sí y otro también. Porque hoy, reconvertidos todos en esa derecha extrema decidida a hacer negocio sin límite alguno con absolutamente todo, es manifiesto que ni nuestra salud, ni la educación de nuestros hijos, ni el hogar de las familias, ni las pensiones de los ancianos se encuentran a salvo de la voracidad insaciable de un capital sin más bandera que la suiza que tan bien supo “comprar” a la derecha más “patriotera” de nuestro país. En suma, a una derecha extrema aún encima de chirigota.
DIARIO DE FERROL, 5 DE DECEMBRO DE 2012